No es ningún secreto que a finales de año nos gusta reflexionar, repasar los momentos vividos y escribiros un post con un concepto o un conocimiento para cerrar el ciclo. En años anteriores os hemos hablado del “Hygge” o el “Ikigai”. Este año volvemos a mirar hacia Japón para descubriros (o no) el arte del Kintsugi.
La historia del Kintsugi se remonta a finales del siglo XV cuando el shogun (comandante), Ashikaga Yoshimasa, envió a China dos de sus boles de té preferidos que se habían roto para ser reparados. El día en que Ashikaga volvió a tener los boles en sus manos no quedó contento con la reparación, ya que se habían utilizado grapas metálicas para unir las piezas que los hacían desagradables a la vista y al tacto. Fue entonces que decidió buscar alguien que pudiera reparar los boles con una técnica diferente y obtener un resultado más acurado y refinado, y lo consiguió. Unos artesanos japoneses restauraron los boles juntando las piezas con una mezcla de resina y polvo de oro; ahí nació el arte del Kintsugi que en japonés significa “reparar con oro”.
Kintsugi: The Art of Broken Pieces from Greatcoat Films on Vimeo.
La técnica permite reparar piezas de cerámica y obtener objetos preciosos, irrepetibles y únicos. Desde un punto de vista más filosófico, el Kintsugi se relaciona con la filosofía del wabi-sabi, y nos recuerda la idea que la belleza más grande puede surgir con la imperfección y la herida. Lo que nos lleva a la reflexión final y a nuestro deseo para el año que está a punto de empezar.
El 2020 se rompió. Ha sido un año verdaderamente difícil para todos pero estamos convencidas que con cada aplauso compartido, con cada abrazo virtual,.. con el esfuerzo y la responsabilidad de todos hemos sido capaces de unir los pedazos.
Os deseamos unas felices fiestas y que el 2021 llegue lleno de salud, amor y abrazos!